*Dororo se hallaba meditando, cómo era usual ya, bajo una pequeña cascada que había bajando el torrente del río, tratando de olvidar sus preocupaciones y dejar la mente en blanco.
Hacía ya un tiempo que no sabía nada de sus compañeros de tropa, puede que fuera por el frío y no quisieran salir de casa, ¡Pero ni siquiera le avisaron para ningún plan navideño, como era normal por esas fechas desde hacía ya años!
Entre una cosa y otra había acabado pensando que llevaban ya instalados en Pokopén mucho tiempo, habían vivido muchas aventuras juntos, y conocido a mucha gente, y a pesar de ello, Dororo no podía tener el presentimiento de que iba a